lunes, 31 de diciembre de 2007

Una historia que pone los pelos de punta

La expedición británica comandada por Robert Falcon Scott llegó oficialmente al polo Sur el 17 de enero de 1912. Demasiado tarde. Un grupo de cinco noruegos dirigidos por Ronald Amundsen se les había adelantado, alcanzando los 90º de latitud sur el 14 de diciembre de 1911. Al ver ondear la bandera noruega en su anhelado objetivo, Scott y sus hombres se derrumbaron. Tanto esfuerzo, sacrificio y penurias no habían servido para nada. Además, ahora les quedaba la peor parte del trayecto: el peligroso camino de vuelta.

Exhaustos, desanimados tras la pérdida de un compañero, y viendo cómo empeoraba el tiempo y bajaban las temperaturas hasta los -54 ºC, los cuatro miembros que quedaban de la expedición acamparon entre la tormenta de hielo. Scott, Oates, Bowers y Evans sabían que estaban a pocas millas de uno de los campamentos base, pero las pésimas condiciones les impedían llegar hasta allí. Con los pies congelados y el cuerpo cubierto de quemaduras causadas por el frío, era fácil imaginar que el fin estaba cerca. Evans murió el primero y Oates, asumiendo que las posibilidades de sobrevivir eran nulas, tomó la drástica decisión de salir en medio de la ventisca para dar un último paseo. Nunca volvió.

Acurrucados en sus sacos de dormir, en el interior de la frágil tienda de campaña, Scott y Bowers intentaban mantenerse con vida. Pero el 29 de marzo de 1912, y ante la dramática situación, Scott escribió a trompicones estas líneas, sabiendo que serían las últimas de su vida: "Me gustaría tener una historia que contar sobre la fortaleza, la resistencia y el valor de mis compañeros, que removería el corazón de todos los ingleses. Estas torpes notas y nuestros cuerpos muertos contarán la historia". El 12 de noviembre de ese año, la patrulla que había salido en su busca meses antes, encontró la tienda enterrada en la nieve. Los dos cadáveres estaban todavía en el interior de los sacos.

Miguel Angel

Cuenta la leyenda que un día entró el Papa Julio II, junto con su séquito, a inspeccionar el trabajo que estaba realizando Miguel Angel en la Capilla Sixtina.

Al verlo entrar el pintor bajó del andamio al que estaba subido y se arrodilló ante su eminencia.

Este, tras algunos segundos contemplando la obra, le dijo: "Hijo mío, levántate y no te arrodilles más ante mí, pues tú posees las manos de Dios y yo... sólo soy un Papa".

Alegato a la Vida

Por favor, lee esto tranquil@. Que no te distraiga nada. Si es necesario, desconecta el sonido.

¿Estás preparad@? ¡Adelante!

Es fácil caer en la desesperación cuando te comparas con la inmensidad del espacio. Te dices: "soy un grano de arena comparado con el universo". Es fácil sentir impotencia cuando piensas en la eternidad del tiempo. Te dices: "la Historia sucedió sin mi y seguirá, eterna, cuando ya no esté ni nadie me recuerde".

Algunos tratan de convencerse... "muchos granos de arena hacen montañas, cordilleras, mundos..., son importantes los granos de arena", otros piensan "mis actos influyen en la Historia, alguno de mis descendentes o de los descendentes de alguien que conocí cambiará el mundo gracias a mi influencia". Ese enfoque erróneo no evita que reconozcamos que somos un mero engranaje de una enorme maquinaria, que seguirá moviéndose sin advertir que nos oxidamos.

¿Deprimido? ¿Hundido? ¿Desesperado? ¿Impotente? (jejeje) Esa era mi intención.

Ahora prepárate a cambiar de ánimo, ...verás.

De tí, para fuera, el espacio, el infinito, están fuera de tu alcance, de tu influencia, pero de tí, hacia dentro... lo eres todo.

Ahora relájate... respira tranquilo... suave... concéntrate... lee lentamente, saborea las palabras...

Siente tu cuerpo, empezando por tus piernas. Siéntelas... son tuyas... nadie más puede tener exactamente esa sensación. Son piernas fuertes, vivas, perfectas, hechas para moverse. Son tuyas. Siente ahora tus brazos, tus manos... cuantas mejillas has acariciado? cuantos cuerpos has abrazado? y Son tuyas, de nadie más. Siente la cabeza. Sabes que hay algo dentro, algo que piensa. Siente el poder de tus pensamientos. Medita. Tú dominas tus pensamientos. Nadie más puede hacerlo. Sólo tú. ¡Ahora únelo todo! Siente tu cuerpo, todas tus sensaciones, las buenas y las malas, las cómodas y las incómodas. A eso se le llama estar vivo. Siente la vida! siente el poder de la vida. Siente el paso de la vida. De tu vida! Tú eres Vida!

El espacio infinito es inerte! El tiempo eterno es rígido e inmutable! La Historia de la Humanidad es esclava de las circunstancias, las casualidades y los hechos fortuitos! Si el espacio... si el tiempo... si la Historia pudieran pensar... créeme, te tendrían envidia.

Mis principios filosóficos

No hablaré sobre Historia de la Filosofía, ni de filósofos más o menos conocidos, ni de sus teorías filosóficas. Aquí hablaré sobre mi filosofía, pues todos somos filósofos.

No hay título, diploma o certificado de filósofo. Un filósofo puede ser alguien que nunca haya estudiado. Todo el mundo, en mayor o menor grado, es filósofo, o al menos tiene su propia filosofía.

Estos son mis principios filosóficos:

- "Todo es subjetivo". Las ideas, las opiniones, las razones, los sentidos, las percepciones, etc. De todos. Incluido de mí. Incluso este mismo principio.

- "El Ser Humano siempre busca su felicidad". Todos los actos, todas las acciones, todas las decisiones, todas las opciones escogidas, tanto voluntarias como involuntarias, tanto conscientes como inconscientes... TODO está encaminado a aumentar nuestra felicidad, o a disminuir nuestra infelicidad.

¿Estás de acuerdo? Coméntalas, apóyalas, refréndalas, corrobóralas, arguméntalas, razónalas...

¿No estás de acuerdo? Discútelas, niégalas, contradícelas...

Pero lo que me gustaría saber realmente es ¿cuál es tu filosofía? ¿Cuáles son tus principios filosóficos? ¿Hay alguno que esté presente en el día a día de tu vida?

Por ejemplo, "Todo es subjetivo" lo creo, pero no guía mi vida. Me ayuda a presentar una postura abierta frente a ideas contrarias a las mías, pero no dejo que me domine excesivamente, porque sería en mi perjuicio. Aplicar estrictamente este principio podría hacerme pensar que los nazis quizás tuvieran razón, o que los terroristas del 11-M podrían haber actuado de forma justa. Y te aseguro que no es así. Pero me sirve para escuchar con respeto cualquier idea u opinión, y convencerme que la persona que la expone cree firmemente en ella, y que yo no tengo porqué estar en posesión de La Verdad Absoluta.

En cambio, "El Ser Humano siempre busca su felicidad", sí que guía mi vida. Consciente o inconscientemente todos mis actos, todas mis decisiones, siguen ese principio y trato intencionadamente que siempre sea así.

¡Espero tus comentarios!