domingo, 27 de enero de 2008

La Novena

Tras oír un concierto le preguntaron al consagrado músico y compositor Wolfang Amadeus Mozart su opinión sobre el artista. Este dijo: "Vosotros habéis oído a un extraordinario intérprete. Yo he oído el futuro de la música."

Puede que algo tuviera que ver que dicho intérprete sólo tuviera 12 años y que ya llevara 4 años asombrando a toda la sociedad vienesa.

Aquel joven, hijo de un músico fracasado y alcohólico que le sometió a largas sesiones de piano a donde lo ataba para que no pudiera abandonar sus ejercicios, creció en medio de penurias y jamás terminó de adaptarse plenamente al ambiente principesco de la nobleza de Viena que disculpaba sus toscos modales, sus violentos cambios de humor y su terco orgullo en atención a su genio.

Así era, pues, su desgracia. No era feliz y expresaba en la música los turbulentos sentimientos que embargaba su alma. Sus desilusiones sentimentales solían sumirlo en la desesperación y el resentimiento: "En el exterior no hay absolutamente nadie para mi... no hay ninguna felicidad afuera; eres tú el que debe crear todo dentro de ti mismo; sólo en el mundo ideal encontrarás amigos". La sordera crónica que sufrió durante la mitad de su vida ayudó a aislarse aún más del mundo exterior constituyendo otro motivo de desdicha y estimulando su tendencia al retraimiento.

Compuso la primera sinfonía que incluyó la voz humana. La Novena. El "Himno a la alegría", que forma parte de ella, fue elegido como himno de la Comunidad Europea en 1972. Pero dicha sinfonía no es de Ludwig Van Beethoven, pues en el año 2002 la UNESCO declaró a la Novena sinfonía de Beethoven Patrimonio Cultural de toda la Humanidad.

"La música es una manifestación más elevada que toda sabiduría y que toda filosofía. Quien está en condiciones de entender mi música, debe liberarse de todas las miserias en que se arrastran los otros seres humanos."

2 comentarios:

Oteaba Auer dijo...

Como Beethoviana me da pena que no titules este Post con el nombre completo del compositor de la, justamente, novena y última sifonia, la cuál la concluyó compeltamente sordo e imaginando la música, con la famosa ancédota que en su estreno no entendia por qué la gente aplaudía y, etc etc.
Ciertamente al último movimiento de la novena le incluyó una coral.¡todo un atrevimiento en la música sinfónica! de la “Oda a la Alegría” de Friedrich Schiller...nada que ver con la versión, sin menospreciar su belleza, que hizo MIguel rios y que tituló "Himno a la alegría"

Mucho más importante de que lo de la Unesco fué propuesto como himno europeo; pero todavía más importatante ..es que salió fuera de la atmósfera terrestre en la sonda espacial Voyager lanzada al espacio con diversas anotaciones de la raza humana, discursos de presidentes, etc, pusieron La Novena de mi queridísimo Beethoven :-) ¿quien la escuchará en los confines del universo?

FanBlog dijo...

jajaja, es cierto. Sabía, pero no me acordaba, de lo del disco en la sonda Voyager.

No sé quien logrará escucharlo, pero sí sé que si llegan a la Tierra con una idea preconcebida basada en ese disco, se llevarán una grandísima desilusión, jejeje.